sábado, 11 de diciembre de 2010

Laura Tarsitano, el equilibrio distinto

Por Juan Pablo Reina
Obras de Laura Tarsitano


En esta entrevista, hacemos un recorrido por las obras más representativas de Laura Tarsitano, una joven artista argentina de interesante carrera internacional, con exposiciones en Nueva York, California, Barcelona, Cadaqués, y Punta del este, entre otras ciudades. La artista exhibe la excelencia de su dibujo y una propuesta estética audaz y renovadora.

"Hay algo con los animales, que empezó con los toros, donde encontré cierto lugar cómodo para poder expresarme sin condicionarme con la figura humana. Trabajar la expresión de los animales, es una cosa visceral, instintiva, es lo que me moviliza"

SATURNO
Cada obra tiene un equilibrio distinto, no tengo un preconcepto porque no funciona igual para todas. Es plasmar una cantidad de recursos plásticos, que es lo que hace que una pintura sea consistente, tenga valor, a mi criterio, más allá de lo que quieras decir.
Esta obra, en particular, es una sumatoria de elementos que después de manchar la tela, divertirme, y hacer esta cosa visceral de pintar, pude ordenar. Como parte racional. Uniendo los colores, las formas, y los personajes, con una línea. Son capas y capas de trabajo y eso es lo que le da tridimensionalidad. Porque lo que me divierte de la línea es subir, bajar, y abrir, para que después aparezcan un montón de planos con claro oscuro, luces y sombras, y así ir armando una superposición, como si fuera un grabado, para ir generando esta fiesta pictórica. Después la gente ve un perro, un elefante, un pájaro. Estos elementos podrían no aparecer, pero mi búsqueda pasa más por lo pictórico que por lo temático. Recurro al mundo animal porque tiene una significación: la decepción por el hombre, por el ser humano.


CHOCOLATE
Pintando uno siempre expresa su relación con el mundo, eso es inevitable. Es interesante la carga que tienen los hombros, como está despojada toda la base. Hay un juego de círculos que dan vida, alegría. Es algo que tiene que ver con mi nueva etapa.
Lo que les enseño a mis alumnos, lo que me fascina de pintar, es que hay que estar muy atento a lo que va pasando. Partís de algo, de alguna imagen que te sujete, en este caso puede ser el perro, en vivo o en foto. Pero no es más que un punto de partida, si vos sabés a dónde vas a llegar no tiene gracia ni disfrute. Primero hay que jugar con los colores, con las ganas de pintar, y recién después hay que estudiar la obra, equilibrarla, para que todos los elementos sean compatibles.
Siempre me gusta dejar el trazo del dibujo, eso me parece interesante. Cuando hacés una línea, se nota enseguida si tenés miedo o no estás seguro, porque la línea te lo dice, no se puede disimular, la línea no miente. También hay que saber dónde parar. Empezás y la obra te va diciendo tantas cosas que si no la frenás a tiempo no hay vuelta atrás.

A veces en la obra en blanco, ocurren accidentes divertidísimos, como la pintura aguada. Son accidentes que hablan mucho mejor que algo hecho con intención, porque por algo salieron, es parte de la magia que te genera la imágen, es más interesante insinuar que establecer todo. Cuando deje de ser mágico, y deje de sorprenderme, dejaré de pintar.


PINAR DE FESTA
Cuando viví en Bariloche, no es que necesitara de un contexto geográfico distinto para trabajar mi parte interior, porque es algo con lo que convivo, de lo que no me puedo escapar por más que esté en la ciudad, vivo con eso. Pero en el sur se agudizó la soledad y el silencio. Lo que ahora destaco como positivo, un año y medio después de haber vivido ahí, es que ahora trabajo sin mirar afuera.
Necesito pintar, es una necesidad. Mi pintura y yo nos estamos volviendo más preocupadas por lo plástico y lo pictórico que por la inspiración o la temática en sí.
La pintura es una búsqueda que hay que disfrutar. También hay una fantasía, la gente piensa que uno agarra el pincel, canta, baila y no es así. Hay enojos, frustraciones, y tiempos de parate, porque uno no sabe dónde ir, qué decir.

ARTIFICIO
En Expo Trastiendas esta obra fue la que más llamó la atención. Una vez alguien me dijo que la palabra arte venía de artificio, y que era la capacidad de transformar algo en arte, en magia. La ejecución de este cuadro fue sumamente placentera. Me pareció muy simple, muy sintético, el pato con un pico muy pronunciado y divertido. Y no sé por qué apareció el pato, apareció un ojo, me divertí esa especie de ojo de muñeco infantil. Con el pico no me interesó darle ni luz, ni volumen, se entiende perfectamente que es un pico. Me parece muy importante la idea del camino y de la intuición.

PURA CEPA
Recién cuando terminé este cuadro, aparecieron los caballos. No son obvios pero son caballos. Me gustó, fue una obra que salió muy rápido. Fue absolutamente vomitada, con línea, con papel, con materia, fui girando el cuadro todo el tiempo (es cuadrado) para que tuviera equilibrio en todas sus partes y me cerró. Cada persona puede colgar la obra como quiera, es algo personal. Esa es una diferencia entra una obra figurativa y otra abstracta.
Lo voy dando vueltas porque sino al pintarlo, me voy condicionando. Pero si lo doy vuelta me permito la libertad de no estar atada a un hocico, una cara, un ojo, entonces busco la parte plástica de equilibrio, de pigmento, de color, de forma, que dé la cabeza de caballo en sí.

SUGESTIVO
Me gusta esa obra porque habla de lo no forzado, sale de lo intuitivo, de decir “listo, acá freno, porque esto habla por sí solo, no tengo nada más que acotar”. Fue algo espontáneo.
El color tan marcado es para encerrar la forma, un juego de ritmo, de fondo figura, una mezcla de elementos y creo que ahí está el sentido de la fiesta pictórica de opuestos. La temática animal que es por la cual se me reconoce, para mí no es importante. Ayer fueron mujeres, mañana serán objetos. Lo importante para mí y en lo que me interesa emocionarme es en la pintura.

SIN TÍTULO
Todo lo que hablamos en esta entrevista está resumido acá, fijate los ritmos, las líneas, la materia, el plano. El cuadro pasa más por los colores y todas las líneas que por la mano en sí. La mano tenía que tener una forma coherente aunque de un tamaño completamente desproporcionado, con la cara y con la realidad. Jugué con esa mano y sus dedos, con el tul y todas esas líneas que pasaban por ahí, fundiéndolo. Me parecieron tan fuertes los ojos y tan definida la cara que no creí necesario trabajar la mano. La redondez de la cara se encierra en una forma geométrica. Si a mí me hubiera interesado hacer una señora con un tul y un turbante no hubiera hecho este cuadro. Lo hice porque me interesaba más el color, todo lo que pasa con los amarillos, los rosas, las rectas, las curvas, y la cara redonda. Nadie tiene la nariz tan pronunciada entra la nariz y la ceja, ni la cabeza tan redonda ni una mano tan grande, tiene que ver con la pintura, tiene que ver con la plástica. En mi pintura, no me interesa interpretar la realidad, me interesa pintar algo. Para interpretar la realidad tenés la fotografía.

Perfil
Laura Tarsitano egresó de la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón y de IUNA. Estudió pintura en talleres de reconocidos maestros como Carlos Gorriarena, y viajó a Barcelona donde completó su formación. Expone en nuestro país y en el exterior desde hace más de diez años, y sus obras forman parte de colecciones privadas en diversos países del mundo.

link: lauratarsitano.com

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